Para un funcionamiento adecuado, tu caldera debe tener un buen mantenimiento. Elementos fundamentales como los quemadores necesitan atención regular.
A todo el mundo le gusta
disfrutar de una vivienda confortable, que garantice algunos servicios básicos
como el agua caliente y un entorno agradable durante todo el año.
Especialmente en invierno, cuando el frío hace que necesitemos algo más para
estar a gusto, es normal usar sistemas de calefacción que nos ayuden a conseguirlo. Sistemas que pueden ser muy variados, aunque uno de los más habituales son las calderas de gas.
Por ello, en Consejosdelimpieza.com te vamos a dar as indicaciones del "paso a paso" correcto de la limpieza.
Por ello, en Consejosdelimpieza.com te vamos a dar as indicaciones del "paso a paso" correcto de la limpieza.
Para que este sistema funcione a pleno rendimiento es
importante hacer un mantenimiento regular. De lo contrario, no solo no rendirá
como debe, sino que a medio y largo plazo supondrá un gasto extra. Dentro de
las labores de mantenimiento los quemadores son pieza clave. Veamos cómo
limpiarlos para garantizar que las calderas hacen bien su trabajo.
Dónde se
encuentran
Los quemadores de gas forman parte del sistema interno
de la caldera. Es el lugar en el que la llama calienta el agua al hacerla pasar
por ella. Debido a este proceso, se pueden acumular residuos que forman
una película más o menos gruesa, impidiendo que el calor llegue a plenitud al
circuito de agua. Lo que resulta en que para lograr la misma temperatura de
antes haya que consumir más gas. Por eso es tan importante hacer una limpieza
regular.
Limpiar los
quemadores paso a paso
El proceso de limpieza de los quemadores no es muy
complejo. Lo único que hay que hacer es dedicar un poco de tiempo para
hacerlo de forma concienzuda. Se recomienda hacerlo una vez al año, como
parte del mantenimiento regular que garantice la buena salud de la caldera.
Lo primero que haremos será retirar la carcasa
exterior. Tras ello, veremos todo el circuito de agua y gas.
Localizamos los quemadores y los retiramos con
cuidado. Veremos una serie de pequeños agujeros por los que sale el gas y se
produce la llama. Con la ayuda de un alambre del grosor adecuado limpiamos
cada uno de esos agujeros.
Nos aseguraremos de que no quedan residuos ni dentro
ni fuera. Si es necesario, usaremos un estropajo de aluminio o un cepillo
metálico.
Tras comprobar que está totalmente limpio, colocamos
los quemadores en su sitio y los fijamos tal como estaban anteriormente.
Hacemos lo mismo con la carcasa, asegurándonos de que
queda bien encajada en su lugar. Antes de empezar a utilizarla de nuevo comprobamos
que no hay fugas de gas. Ya tenemos en perfectas condiciones nuestra
caldera.
Ventajas de las
calderas de gas natural
El uso de calderas de gas combinado con radiadores es
uno de los más frecuentes para calentar una vivienda. Se trata de un sistema
fácil de instalar, que no depende de la electricidad y por tanto no se ve
afectado si ocurre un corte de luz. Además, su precio respecto al de la
electricidad es bastante más económico.
Las calderas de gas son programables, ya que se pueden
controlar mediante un termostato que la ponga en marcha cuando la temperatura
baje a cierto nivel. Esto permite un mayor control del consumo y un ahorro
importante.
Además, el gas natural es un combustible muy limpio,
ya que no produce emisiones nocivas. Y al estar canalizado, no hay riesgo por
tener que almacenar bombonas. Por eso es el más habitual en viviendas y
sistemas de calefacción de oficinas urbanas.
Con un mantenimiento adecuado y siguiendo las
sencillas pautas de limpieza que hemos visto, podrás disfrutar de un hogar
cálido y acogedor a un precio muy bueno y consumiendo solo el combustible
necesario.
Así hemos llegado al final de nuestras
recomendaciones, gracias por su lectura y hasta la próxima!
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